«La aportación de la XIII Brigada Internacional a la lucha antifascista del pueblo español. Los hechos históricos, la pervivencia en la memoria y lo que está por hacer»

 

Severiano Montero Barrado

 

Catedrático de Historia, jubilado, de Enseñanza Secundaria. Ha ejercido en diversos Institutos de Madrid y en la William Ellis School de Londres. Miembro de la Comisión histórica de la AABI.

 

 

  1. La II República. El proyecto republicano.
  2. El golpe de Estado de julio de 1936 y la guerra contra el fascismo español.
  3. La Unión Soviética y las brigadas internacionales.
  4. La ofensiva fascista sobre Málaga y Almería. La Desbandá.

 

Mientras el grueso de las fuerzas fascistas intentaba tomar Madrid, el resto de sus fuerzas porfiaban en aumentar el territorio por el Norte y por el Sur. En febrero de 1937, el general Queipo de Llano lanzó, con el refuerzo de unidades fascistas italianas, las operaciones de avance por la costa sur en dirección a Almería. El 8 de febrero sus fuerzas tomaron Málaga, lo que aumentó el movimiento de huida de la población civil: la “Desbandá”.

Sin apenas oposición, las tropas italo-españolas avanzaron por la carretera de la costa persiguiendo a una población compuesta principalmente  por ancianos, mujeres y niños. A la infantería fascista se le unió la Aviazione Legionaria -que ametrallaba sin piedad a los fugitivos-  y tres buques españoles: el Canarias, el Baleares y el Almirante Cervera, que bombardeaban la carretera litoral produciendo numerosos estragos. De los 150.000-200.000 fugitivos, una parte pereció (entre 5.000 y 10.000)  o tuvo que desistir y entregarse ante la dificultad de llegar a Almería.

El doctor canadiense Norman Bethune,  desplazado desde Valencia para atender a los heridos con su unidad de transfusión de sangre, tuvo que afrontar esta situación en la costa de Granada y procedió a atender a la población que huía. Durante tres días él y sus ayudantes (Hazen Sise y T. C. Horsley) socorrieron a los heridos y ayudaron a trasladar a los refugiados a Almería.​

 

  1. La llegada de la XIII BI y la contención del avance fascista en la costa sur

 

El 8 de febrero de 1937, ante la ofensiva desplegada por Queipo de Llano, la XIII BI recibió la orden de trasladarse rápidamente hacia Almería. El día 10 llegó a Aguadulce el Estado Mayor de la XIII BI y el batallón Tchapaiev lo hizo el 13 de febrero. Inmediatamente fue enviado a la vanguardia: el grueso del batallón progresó por la costa ocupando Castell de Ferro el día 15 y Calahonda el 16. (Las fotografías de Robert Capa y Gerda Taro  muestran este avance).

Ante la inesperada presencia de tropas republicanas, el Ejército sublevado inició una operación más al norte, por la Alpujarra, al objeto de cortar la retaguardia republicana  y embolsar a las unidades avanzadas de la costa. Para contrarrestar esta acción, el mando republicano envió al recién llegado batallón Henri Vuillemin a la Sierra de Lújar y al Batallón Tchapaiev  a la Alpujarra alta. “Desde Juviles, y tras 10 horas de marcha nocturna a pie, atacaron la población de Trevélez a las 6.00 horas del día 21 de febrero enfrentándose a tres compañías de Regulares. El avance continuó, ocupando Pitres y Pórtugos, y posteriormente, Busquístar, Ferreirola y Mecina, recuperando gran cantidad de material militar y liberando a un grupo de milicianos. Fue, para los internacionales, ‘nuestra victoria más bonita”.  (Fernando Alcalde)

En los días siguientes, los internacionales ascendieron hasta alcanzar la cumbre del Mulhacén bajo unas condiciones extremas de frío en el invierno de Sierra Nevada. 

Los batallones de la XIII Brigada Internacional combatieron en la Alpujarra y en la Sierra de Lújar  hasta el 27 de marzo de 1937, en que los internacionales recibieron la orden de trasladarse a Pozoblanco. El saldo de su estancia para los internacionales fue de 9 muertos y 20 heridos. Las bajas por el frío fueron considerablemente más altas, ya que solo en los primeros días hubo que evacuar a más de 50 brigadistas de la línea del frente con congelaciones.

 

  1. La presencia internacional en el frente de Granada y en la guerra española.

 

El plan fascista de avanzar por la costa hasta Almería y Murcia quedó frustrado por la acción de la XIII BI. Su presencia fue decisiva para cortar el avance por la costa y por la Alpujarra, de manera que quedó fijada una línea de frente  (defendida después por unidades españolas) hasta el final de la guerra.

 Tanto la XIII como el resto de las BI cumplieron un papel importante en el combate contra el fascismo en España. En los primeros meses su ejemplo fue aleccionador para las tropas republicanas españolas, aunque pronto lograrán alcanzar un nivel muy elevado. Su aporte más importante fue el moral: el pueblo español, que había afrontado en solitario su lucha, vio que miles de jóvenes de todo el mundo se aprestaban a reforzar su lucha. Era el más alto ejemplo de solidaridad internacionalista de la historia.

 

  1. La pervivencia en la memoria de las BI

 

La Historia intenta conocer y entender mejor los hechos del pasado. La Memoria trata de conservar el recuerdo de los mismos. La memoria colectiva une a un grupo al ser parte de su identidad; pero no es una evocación nostálgica: sirve además para construir esa identidad. Sobre la memoria se construye el mundo que vendrá y por eso debe armarse sobre valores como la libertad y la democracia. El pasado permanece vivo para quienes mantienen este recuerdo. Recuerdo que se transmite con las canciones las conmemoraciones, los libros… y  los “lugares de la memoria” (monumentos y placas memoriales, callejero…)

En España, la memoria de las BI comenzó a forjarse ya en plena guerra. Multitud de documentos que se iban produciendo, fueron guardados y trasladados al final de la guerra a Moscú (hoy en día alojados  en los Archivos estatales rusos (RGASPI). Dentro de esa documentación están las numerosas publicaciones que querían dar a conocer las acciones de las Brigadas Internacionales. Durante la guerra se levantaron algunos memoriales (monumento del Puño, en Morata o el monumento al batallón Palafox en Pradell de la Teixeta, Tarragona). En  otras localidades se hicieron homenajes a las BI, siendo el más importante el realizado en Barcelona el 28 de octubre de 1938. Dos documentos fijaron esa memoria: los discursos de despedida, en octubre de 1938, del Presidente del Consejo de Ministros, Juan Negrín, y de la dirigente comunista Dolores Ibárruri, Pasionaria.

Habéis venido a España, espontáneamente, a defender nuestro país…  por vuestra propia voluntad de sacrificar lo que más difícilmente se presta a nadie: a sacrificar la vida. Veníais a defender la justicia, el derecho escarnecido, porque sabíais, también, que aquí, en España, se jugaba la libertad del mundo entero… Cumplisteis como héroes en la lucha por la libertad del mundo en esos dos años que habéis vivido vinculados a nosotros, en horas inolvidables para la historia del nuestro pueblo.

 

Ambos discursos sirvieron para mantener viva la memoria de los brigadistas en las décadas siguientes. Pero la victoria fascista en España falseó el recuerdo de las BI, vertiendo sobre ellas toneladas de basura (“la hez de todos los países, aventureros sin escrúpulos, hombres sin patria…”).  En las dos décadas siguientes se impuso en España el silencio editorial sobre el tema. En el resto del mundo la memoria de las BI casi desapareció por diversos motivos: derrota republicana, segunda guerra mundial  (el mito de la Resistencia desplazó al de las BI), guerra fría, el olvido en los países socialistas  (salvo en Yugoslavia y en la RDA) del papel de los brigadistas…

La publicación en Moscú, en 1960,  del libro  La Solidaridad de los Pueblos con la República Española,  supuso un giro en la actitud del mundo socialista respecto a los interbrigadistas. Resurgió así el interés por recordar y revalorizar a las BI, lo que se extendió al resto de los países. Comenzaron a aparecer las primeras publicaciones y a realizarse actos memoriales: monumentos, placas o realización de homenajes.  En España, el primer gran homenaje público a las BI lo organizó el PCE en Madrid, en 1985 y en 1996 la AABI, que a su vez impulsó dos iniciativas más: la concesión de la nacionalidad española a los supervivientes de las BI y la creación de un Archivo, en Albacete, que conservara y perpetuara su memoria. A partir de ahí la AABI trató de organizar, coordinar o apoyar actos que tuvieran por objeto la profundización y difusión del legado brigadista. Los objetivos de la AABI desde entonces han sido los siguientes:

  • Organizar actos de homenaje a los voluntarios internacionales de carácter anual (Defensa de Madrid, Marchas del Jarama, Brunete…)  o plurianual (1996, 2001, 2006, 2011, 2016 y 2021).
  • Acrecentar el Archivo de las Brigadas Internacionales, actualmente instalado en el Archivo histórico provincial de Albacete, mediante la localización y conservación de archivos y materiales documentales.
  • Impulsar la colocación de monumentos o placas memoriales, o bien la denominación de vías públicas que lleven su nombre (hay cerca de 80 memoriales en España).
  • Difundir la historia de los Voluntarios de la libertad participando y organizando Foros, Jornadas o conferencias y colaborando con investigadores y estudiosos para el fomento de la investigación y de la enseñanza sobre el tema de las BI.
  • Publicar libros (en papel o digitales en PDF) sobre las BI.
  • Prestar apoyo documental a los interesados en el tema.
  • Atender a las peticiones de información de familiares de brigadistas sobre su trayectoria en España.
  • Presentar dos exposiciones itinerantes: Voluntarios de la Libertad. Las Brigadas Internacionales, que muestra el origen de las Brigadas, su vida cotidiana, su papel militar, las batallas en las que participaron y Brigadistas, una selección de 363 fotos de la guerra pertenecientes al legado fotográfico de Karol Swierczewski (General Walter). Mantiene contactos con las asociaciones de amigos y familiares de las Brigadas Internacionales de otros países con el objetivo de establecer planes y coordinar actividades.
  • Acompañar e informar a los brigadistas, a sus  familiares y amigos en las visitas que hacen a España.

 

La memoria de la XIII BI

La memoria de esta Brigada, que defendió la España republicana en las tierras de Granada, tiene una historia muy reciente y está ligada al resurgir de la Desbandá. Hay que agradecer a Fernando Alcalde, al frente de la Asociación 14 de Abril Costa de Granada, su constante labor de investigación y difusión de este tema. Este es un resumen de su actuación memorialista:

  1. Documental «Hasta pronto hermanos. Las Brigadas Internacionales en La Desbandá«, que se proyecta habitualmente en ayuntamientos e institutos y está disponible en YouTube.
  2. La exposición Taro y Capa en el frente sur. Las fotografías de las Brigadas Internacionales, que se presentó en el Centro Andaluz de Fotografía de Andalucía en Almería, en la Universidad Internacional de Andalucía en Málaga, en el Museo de Bellas Artes en Castellón y en Armilla.
  3. Edición del libro del mismo título.
  4. Marchas memorialistas del Mulhacén (en julio) y La Desbandá (a comienzos de febrero), así como la ruta conmemorativa de la liberación de los prisioneros del fuerte de Carchuna (se hace en mayo).
  5. Colocación de una placa conmemorativa en Trevélez.
  6. Próxima colocación de una placa conmemorativa al batallón francés en la Sierra de Lújar.

 

  1. Balance para España

 

La aparición de asociaciones de amigos de las BI supuso un impulso importante a la revitalización de la memoria de las BI. Se ha hecho mucho, pero el alcance de su actividad es limitada. El gran homenaje realizado en diferentes localidades españolas en octubre de 1996 tuvo un gran eco en España, pero la progresiva desaparición de los voluntarios ha ido reduciendo el interés por el tema.

Los homenajes y actos de memoria (marchas memoriales, inauguración de monumentos, conferencias, presentación de libros, documentales…) tienen una participación y una difusión pública escasas, aunque haya habido marchas con participación de mil personas.

Quizás no se pueda conseguir, de momento, ampliar mucho más el rango de público. Pero habría que pensar en estrategias para hacerlo.

Desde luego, es encomiable la labor que hacen algunas asociaciones como la AABI, el CEDOBI, la Asociación 14 de Abril Costa de Granada, L’Amical de les Brigades Internacionals de Catalunya, la Asociación Bajoaragonesa de Agitación y Propaganda, la Asociación Lo Riu de La Fatarella, el Ateneo Republicano de Puerto Real, y personas que en particular han promovido actos y memoriales a los voluntarios internacionales, como Robert Llopis, de Benissa, Guillem Casañ, de Benidoleig, y otros muchos. También son de agradecer aquellos partidos e  instituciones públicas (Ayuntamientos, Gobiernos autonómicos y Gobierno de la nación) que han promovido, apoyado o financiado iniciativas tendentes a sacar a la luz y difundir la memoria de aquellos combatientes internacionales.

Queda mucho por hacer.