«Memorial del campo de Argelès-sur-Mer»
Olga Arcos
Representante del Memorial del campo de Argelès-sur-Mer
Quisiera en primer lugar agradecer la invitación que se nos ha hecho para participar en este congreso. Dar las gracias a la organización, a todos los que han contribuido en preparar y hacer posible un encuentro de tal importancia… Y felicitaros a todas y todos por la magnífica labor, por el necesario compromiso que llevan en contra del olvido, a favor de la verdad y la justicia.
Pues de este compromiso se va a tratar también en nuestra intervención. Para Antoine Parra, alcalde de Argelès, y para mí – en representación del Memorial del campo de Argelès – es un honor y nos anima un sentimiento fuerte por estar aquí con todos vosotros y poder presentaros el trabajo que se lleva en nuestra ciudad desde hace más de dos décadas.
Para contextualizar, quisiera hacer un repaso rápido de lo que en Argelès ocurrió en el 39, del silencio de años y años.
Luego, de cómo se inició la recuperación de la memoria del campo y cómo vamos gestionando y desarrollando este trabajo.
1) El exilio republicano español y La Retirada. ¿Por qué Argelès-sur-Mer? Primeros tiempos
Para quien no esté aun totalmente familiarizado con este tema y de del campo de Argelès, recordaré rápidamente lo que fue: la Retirada corresponde a aquella época no tan lejana, principios del 1939, que vio llegar a Francia a los refugiados que venían de España ya casi al acabar la guerra.
En Francia, se esperaban a refugiados, pero no tantos… Lo que pasa, es que en muy poco tiempo – entre finales de enero de 1939 y mediados de febrero, después de la caída de Barcelona y del frente de Cataluña – van a ser casi unas 500.000 personas que van a cruzar la frontera entre Andorra y la costa mediterránea (lo que corresponde casi exclusivamente en la zona de los Pirineos-Orientales que en aquel momento cuentan con una población de 240.000 personas). Abre primero la frontera en la noche del 27 de enero para poblaciones civiles y heridos, y – a partir del 5 de febrero – para para los soldados, el ejército de la República española. Y ya se cierra oficialmente, administrativamente el 13 de febrero. Claro que habrá gente que seguirá cruzando la frontera, clandestinamente.
Esta doble temporalidad del éxodo se traduce por la creación de dos zonas distintas de tránsito y de control de los refugiados: centros de acogida y de evacuación para los civiles (mujeres, niños y mayores) y los heridos… y campos para los hombres. Estos campos instalados primero a lo largo de la frontera pirenaica pretenden agrupar a los militares para constituir convoyes que estarán dirigidos hacia campos de concentración – según la terminología de aquel momento. El campo de Argelès, cuya instalación empieza al final del mes de enero tiene un papel central en este dispositivo ya que absorbe una parte importante de los soldados – o asimilados – y en menor medida a mujeres y niños, así como a miembros de las brigadas internacionales.
Se estima a 110.000 el número de refugiados que ahí se amontonaran entre la apertura y finales de junio de 1939, convirtiendo numéricamente el campo de Argelès en el más grande de todos.
¿Por qué Argelès-sur-Mer? Por una razón, no tanto de proximidad con la frontera… al fin y al cabo, todo es zona fronteriza en los Pirineos-Orientales. En realidad, interviene un elemento geológico: es el primer lugar donde hay una playa al llegar de España; efectivamente, antes de Argelès es la costa rocosa, en Argelès empieza la costa de arena… y una playa significa un espacio grande, despejado, llano, donde es fácil llevar a miles y miles de personas… En condiciones terribles: el mar, la arena, los alambres de espinos (porque los encierran…). Iban cavando hoyos en la arena para protegerse del frío: recuerden que era el invierno, y fue el invierno del 39 uno de los más fríos del siglo. Poco a poco se irá organizando el campo, se construirán barracones en el verano, a partir de septiembre también llegan en el campo los “Etrangers indésirables” (extranjeros indeseables), principalmente poblaciones de Europa del Este que iban huyendo del avance de las tropas del Reich, así como a nómadas y judíos.
En todo caso, el campo es desmantelado y cerrado definitivamente por las autoridades alemanas de ocupación a finales del 42.
Esto quiere decir que de lo que fue el campo, ya no queda nada en la playa de Argelès. Un vacío inmenso durante años y años en lo que fue la playa de la derrota, del exilio, de la desolación… un vacío como el silencio que tantos años prevaleció sobre esta historia…
“De lo que no se habla, es como si no hubiera existido”, dice a menudo el escritor Alfons Cervera, que viene a menudo a Argeles, que conoce y valora nuestro trabajo.
Pues así es y así fue durante demasiados años: una capa de silencio pesó sobre la historia de nuestro pueblo, sobre lo que pasó en nuestra playa, lo que fue y supuso el llamado campo de concentración de Argelès-sur-Mer. Y en Argeles, se decidió por fin levantar esta capa de silencia y liberar la palabra.
2) Inicio de la recuperación de la Memoria del campo
Desde el año 1999, o sea hace ya más de dos décadas, para el 60 cumpleaños del exilio, el ayuntamiento de Argeles inicio una serie de conmemoraciones y eventos sobre el exilio y el campo que en nuestras playas existió. Esto era un tema tabú… mezcla de…
Es decir que fue una decisión política, claramente, y asumida.
Conjuntamente a esta acción municipal, nació la asociación FFREEE con la que tenemos una colaboración estrecha y que tiene su sede en nuestros locales.
Ha sido iniciar una serie de eventos, debates. Ha sido el identificar físicamente el campo erigiendo en la playa un monolito en homenaje a los republicanos españoles en el lugar en donde estaba más o menos la entrada del campo.
Ha sido el rehabilitar el pequeño “Cimetière des Espagnols” que acoge cada ano conmemoraciones.
Ha sido también primero la creación del CIDER (Centre d’Interprétation et de Documentation sur l’Exil et la Retirada) con un espacio de exposición y un fondo documental.
Y ha sido la creación del Memorial del campo de Argelès, inaugurado en el 2014 y que se ubica desde el 2017 en pleno centro del pueblo.
Concebido como un espacio memorialista, lo que se ha querido es primero hablar de esta historia y esta memoria de la que se hablaban nada o muy poco, y también – puesto que el campo ya no existe – materializar de alguna manera lo que fue y el recorrido de las personas que allí estuvieron internadas.
Recibimos a un público variado y tenemos una frecuentación creciente, alcanzando casi unos 15.000 visitantes al año.
Pero de lo que nos hemos dado cuenta y es una de las características del Memorial: es que no solamente es un lugar que da a conocer esta historia, sino también un lugar en el que la gente viene a pedir información y ayuda para saber de familiares o conocidos, un lugar en el que la gente nos cuenta su historia personal y en el que se le escucha…
O sea que progresivamente – en realidad bastante rápidamente – nos hemos convertido de manera casi “natural” en un espacio en donde se recogen y conservan la memoria y los testimonios de los que pasaron por el campo, y más allá, de toda persona que tuvo que sufrir el exilio y la represión.
Todo esto hace que queramos ampliar las posibilidades de colaboración, las redes de colaboraciones con distintas entidades y en varios sentidos:
En un sentido pedagógico, de dar a conocer esta historia por intercambio de exposiciones, eventos conjuntos con otros pueblos o otras entidades memorialistas, por encuentros escolares y proyectos pedagógicos incluso transfronterizos
Pero también en el sentido de un apoyo a la investigación sobre los internados para ayudar a todas las personas que van buscando información sobre sus familiares.
No tenemos demasiadas colaboraciones hasta ahora. El Memorial es parte de un convenio de cooperación de los lugares de Memoria firmado en febrero del 2019, por iniciativa de la presidencia del departamento de los Pirineos-Orientales entre el Memorial de Rivesaltes, la Maternidad de Elna, el Chateau royal de Collioure y el MUME de la Junquera. Previsto para una temporada de 3 años, ha sido firmado por las autoridades supervisoras de cada lugar (en el caso del Memorial, el alcalde Antoine Parra).
También se han firmado varios convenios con otras asociaciones, como el Memorial de los Nómadas de Francia, la Asociación 24 août 1944, la asociación “Ay Carmela”. Pero se trata aquí de convenios llamados “técnicos” sobre proyectos o colaboraciones puntuales.
Pero no somos parte de otros convenios y no disponemos de socios financieros (funcionamos con un presupuesto municipal) aunque a menudo solicitamos y conseguimos subvenciones en el marco de pequeños proyectos.
Y es en que Francia, no existe una red de los lugares de Memoria sobre el exilio republicano español o la Retirada. Si que existen sobre los conflictos contemporáneos (2da guerra mundial, la Shoah) pero no estamos integrados en ellos. Más bien diría que estamos a la periferia…
De ahí nuestra voluntad de ampliar las conexiones y las colaboraciones, especialmente con España. Es a lo que aspiramos: solicitando que el Memorial esté inscrito y referenciado en el seno de entidades memorialistas (públicas/institucionales como “privadas/asociaciones y colectivos), participando en exposiciones con el préstamo de objetos o facilitando fotografías del campo.
Y en relación con nuestro trabajo de recogida de la memoria, con el objetivo de abrir el año que viene un centro de documentación y de testimonios siendo nuestra intención transmitir la memoria, que la palabra de los internados, de las víctimas se libere y que nunca se la vuelva a callar.
Esperamos que la recién aprobada Ley por la Memoria democrática, y que, esperamos, nos vaya dando oportunidades de colaboración no solamente a nivel de entidades memorialistas, sino también de instituciones públicas. Y es que en Argelès, somos las dos cosas: una entidad memorialista llevada por una institución pública.
Esta ambición fuerte la seguimos teniendo para llevar más adelante y amplificar este trabajo de memoria como lo va a explicar el alcalde por el que siente una especial implicación.