I Congreso Internacional “LA DESBANDÁ”. Un siglo de luchas populares antifascistas

 

Mesa 5

“La construcción de una red europea por la Memoria Democrática y Antifascista. De Nüremberg a La Desbandá. Una visión comparada de las políticas públicas de memoria en la UE.”

Relato

 

Las personas ponentes fueron:

– Ángel del Río Sánchez, profesor de Antropología en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y delegado en Andalucía de Amical de Mauthausen. Tiene numerosas publicaciones de libros, artículos, documentales y guías didácticas sobre el trabajo esclavo durante el franquismo y los andaluces en los campos de concentración nazis.

– Stefanie Schuler-Springorum, catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad Técnica de Berlín, directora de un Centro de Investigación sobre Antisemitismo e Historia Judía europea. Entre sus numerosas publicaciones sobre la resistencia comunista judía y sobre historia de género, ha escrito también un libro sobre la Legión Cóndor: La guerra como aventura. La Legión Condor en la guerra civil en España.

– Olga Arcos, representante del Memorial del Campo de Argelès-sur-Mer. Nieta e hija de exiliados está interesada por motivos familiares en la historia del exilio republicano y en las temáticas de recuperación de la memoria democrática. Es consciente de la importancia de que las instituciones y políticas públicas se involucren sobre el tema de la recuperación de la memoria, motivo para trabajar desde 2017 en la integración y gestión del Memorial del Campo de Argelès-sur-Mer. Su trabajo consiste en dar a conocer su historia, recoger y recuperar la memoria oral de los internados en el Campo y sus descendientes, organizar homenajes y exposiciones, impulsar y desarrollar la colaboración con otras instituciones.

– Antoine Parra, alcalde de Argelès-sur-Mer desde 2016; nacido en Capmany, Cataluña. Hizo su profesión en la enseñanza pública, siendo maestro de primaria. Convencido de la importancia a nivel individual y colectivo de la recuperación y transmisión de la memoria vinculada al exilio republicano español y el Campo de Argelès-sur-Mer, desarrolla las acciones realizadas sobre esta historia, que ha marcado el territorio. Ha creado un verdadero circuito de la memoria, con la ampliación del Memorial desde el centro del pueblo hasta los lugares de memoria presentes en Argelès-sur-Mer. Su ambición municipal es extender este trabajo en el futuro, abriendo un memorial más importante que integrará también un centro de documentación y de recursos, además de espacios pedagógicos, incrementando las colaboraciones con otras entidades memorialistas.

Empezó con la ponencia de Ángel del Río, quien explicó cómo se ha desarrollado su trabajo con los supervivientes andaluces y españoles del campo de concentración de Mauthausen, donde fueron a parar 7.000 prisioneros republicanos, de los cuales 5.000 murieron. La historia no está completa sin el testimonio de estos hombres que fueron víctimas de la represión brutal de los regímenes fascistas que dominaron Europa hace casi un siglo. Hay que subrayar la importancia de la experiencia transmitida oralmente, pues entre las dificultades que pueden encontrarse para una reconstrucción verídica de la historia, está en primer lugar la desvalorización del testimonio de las víctimas por algunos historiadores. En segundo lugar, las dificultades de los prisioneros para hacer valer y transmitir su dolorosa experiencia, así como el sentimiento de culpabilidad que sufren las víctimas por haber sobrevivido al exterminio; siendo incluso acusados de colaboracionistas por los comunistas, vencedores antifascistas de la Segunda Guerra Mundial. Ángel explicó también la historia de Amical, la asociación de prisioneros de los campos de concentración, y su papel en la recuperación de la memoria histórica.

Stefanie Schuler-Springorum explicó la situación de la memoria histórica en Alemania, con todas sus dificultades para constituirse en un rasgo importante de la cultura alemana y en la conciencia colectiva. Citó el testimonio de Hannah Arendt para mostrar la indiferencia del pueblo alemán ante los crímenes nazis tras el final de la guerra, lo que demuestra que la dictadura de Hitler gozaba de un amplio apoyo entre las masas de Alemania. La política de la memoria histórica en Alemania se debe a los aliados en el Este y el Oeste, gracias a los juicios por crímenes contra la humanidad que estos llevaron a cabo. Pero el proceso de desnazificación terminó cuando se instauró la República Federal en 1949.

Sin embargo, en la generación siguiente, los jóvenes se rebelaron contra el conformismo de sus padres y organizaron el movimiento revolucionario del 68 en Alemania, que se mostró falto de interés por el Holocausto. Fue la serie americana de televisión Holocausto que cambió en 1979 la percepción de éste en la cultura alemana, despertando el interés por el genocidio y creando una avalancha de publicaciones sobre el tema 50 años después de los hechos. Una segunda ola de recuperación de la memoria se produjo en los años 90, fijando la atención en los criminales del régimen nazi, se calcula que unos 200.000, de los cuales solo una mínima parte fue ajusticiada. Se demostró también que el ejército había hecho una guerra genocida en la Unión Soviética. Y se expuso cómo el Estado encubrió los crímenes del nazismo, ya que toda la sociedad alemana estaba involucrada en la dictadura. E incluso, según como se exponga el problema, la exposición de los crímenes puede servir también para encubrir las causas, los intereses y los procesos que llevaron hasta ellos. Sin descubrir los mecanismos sociales, la historia social, económica y política, que llevaron a esos acontecimientos no es posible combatir consistentemente esos procesos criminales. La recuperación de la memoria histórica es un proceso lento que no depende de quién ganó la guerra y es importante hacerlo ahora que se desarrolla una importante corriente de extrema derecha.

 

A continuación, Olga Arcos presentó el trabajo memorialista que se realiza en Argelès-sur-Mer con motivo del campo de prisioneros republicanos que allí estuvo en funcionamiento, por causa de su entrada en Francia desde Cataluña huyendo de las tropas fascistas. En muy poco tiempo casi medio millón de personas pasaron la frontera por los Pirineos Orientales. Se instaló un doble sistema para estas personas: mujeres, niños, ancianos, heridos fueron llevados a lugares de acogida, pero los hombres son conducidos a los campos de concentración. Se encerraron en ellos 110.000 personas, siendo el de Argelès el más grande, viviendo en la playa rodeados de alambres de espino y con temperaturas bajísimas del invierno. Son las tropas alemanas de ocupación las que desmantelan definitivamente el campo a finales del 42 y principios del 43. Desde entonces el vacío y el silencio se abatieron sobre esta historia, hasta que el Ayuntamiento de Argelès decidió hacerse cargo del asunto en una decisión política. Se han instalado monumentos, se han marcado los límites del campo, se celebran exposiciones y conmemoraciones, recibiendo visitas de asociaciones y colegios, y se ha instalado un Memorial en pleno centro del pueblo. También hay un turismo de la memoria, ya que Argelès es un importante balneario. Se reciben unas 15.000 visitas anuales. Entre las cuales llegan parientes buscando información sobre parientes desaparecidos y ofreciendo testimonios sobre aquellos acontecimientos. Se han firmado convenios y se han establecido contactos con otras asociaciones memorialistas. Pero la memoria republicana española está más bien en la periferia de la red institucional de apoyo a la memoria.

Antoine Parra, de origen andaluz y nacido en Cataluña, explica el trabajo que se está haciendo en Argelès-sur-Mer y las causas del mismo. Cita a Rilke: la patria de un hombre es su infancia, para afirmar que su patria es Cataluña en los dos lados de la frontera. Defiende la identidad como un aspecto importante de la personalidad. Es necesario afrontar la vergüenza de haber vivido aquellos hechos: el pueblo de Argelès se portó mal, pero era difícil portarse bien, no era posible acoger a todos los que llegaron. Los ciudadanos de Argelès intentaron ayudar a los prisioneros llevándoles comida. Por tanto, se trasladó el Memorial al centro del pueblo porque es nuestra historia. Hay que reconocer la historia y ayudamos a descubrir los hechos. La familia de Antoine fue cruelmente castigada por el fascismo con familiares muertos y desaparecidos. Franco destruyó su familia, por tanto, si puede, Antoine ayuda a otras familias también destruidas por el fascismo.