I CONGRESO INTERNACIONAL LA DESBANDÁ. Mollina, octubre 2022

 

ENCUENTRO DE SUPERVIVIENTES E HIJAS DEL EXILIO

 

Tenemos en la mesa a tres personas supervivientes de la masacre de la Carretera Málaga- Almería, a una persona que nació ya en el exilio de familia que hizo la Carretera y a tres mujeres que ya nacieron en el exilio.

 

El formato va a ser el siguiente para hacerlo ágil y os pido concreción: yo voy a dar unas pinceladas de cada una y uno de ellos y les voy a formular una pregunta para que hablen sobre esa pregunta muy concreta para que después haya diálogo. Un diálogo entre todos nosotros y vosotras y ellas y él porque es la manera de que os conozcáis, aunque durante estos días también tendréis oportunidad de hacerlo.

 

Vamos a empezar por ANA POMARES

Ana cumplió nueve años el día 7 de febrero de 1937 y aquí la tenemos, víctima de cuatro exilios porque de Almería pasaron a Orán (Argelia) en un barco, después a Barcelona y después a Valencia y después regresaron a Almería y ahora vive en Algeciras.

Hay un libro sobre ella que escribió Fran Martín que se llama” La guerra de mis ojos. Los cuatro exilios de Ana”.

P regunta: Ana ¿Qué recuerdos guardas de la Carretera, de la llegada a Alicante y después a  O rán?

R espuesta: “El recuerdo que guardo es muy malo porque cuando nosotros íbamos en el barco nada menos que 7 niños y 6 personas mayores, 3 matrimonios, y cuando llegamos a Orán no nos dejaban bajar a tierra porque resulta que el gobernador de Orán, por lo que se ve, era amigo de Franco y no quería personas refugiadas allí. Entonces los estibadores se pusieron en huelga y ya nos dejaron saltar a tierra. Pero allí estuvimos poco tiempo porque a mi padre no le gustó la clase de vida que había allí y nos fuimos a Barcelona, ahí estuvimos por lo menos un mes o mes y pico, pero claro, como había tantos bombardeos, nos fuimos a Valencia, y allí estuvimos más tiempo, casi cuando las tropas de Franco entraron en Valencia nos volvimos a Almería otra vez, porque decía mi padre: “de todas maneras vamos a estar aquí con ellos, pues nos vamos a Almería que allí tenemos la familia” porque mi abuelo vivía en Almería.

Y tengo pues los recuerdos muy malos de cuando nos metíamos en los refugios, el silbido de las bombas y la sirena cuando tocaba, que aquello era tremendo, el ruido que había tan grande que te ponía los vellos de punta y claro y se pasa de niña, pues date cuenta asustada y muy malamente.

Porque aquello fue desde luego una masacre lo que hicieron en la Carretera y de la Carretera recuerdo pues las personas lo mismo, nos asomábamos y las personas tiradas en el suelo llorando, los niños que se perdían, las madres que se quedaban, que no podían siquiera buscar a los niños, los niños escondidos, porque cuando venían los aviones lo que hacía todo el mundo era meterse donde podía y aquello fue una masacre, aquello fue un asesinato porque allí fueron a por nosotros, allí no había ningunos militares. Allí lo que había eran mujeres, niños y hombres del pueblo porque no había otra cosa, pero claro ellos querían terminar con nosotros, dirían: como salieron huyendo, acabamos con ellos.

 

Aquello fue una masacre, un asesinato, pero en toda regla y no tienen perdón, no tienen perdón”.

Nos acompaña también MANUEL TRIANO

Manuel hizo la Carretera con seis meses en los brazos de su madre, llegaron hasta Alicante y allí tuvieron que construir una cueva para resguardarse.

Manuel, tu madre fue la que te contó todo lo que pasó en aquella Carretera, tú eras muy chico para poder tener recuerdos directos.

P regunta: ¿qué es lo que tú más resaltarías de todo lo que te contó tu madre?

R espuesta: “Aquí lo que hay que resaltar es lo mismo que ha dicho Ana y lo que se ha dicho ya millones de veces: que fue un asesinato en masa, te mato porque quiero y punto.

¿Españoles contra españoles? Nazis, fascistas matando a gente que no tenían nada que ver con el tema. Fueron unos criminales, lo digo siempre, canallas que hicieron horrores con el

pueblo y que siguieron haciéndolo después de la guerra”.

 

Nos acompaña también MARÍA HIDALGO GUERRERO

María nació en abril de 1931 y junto con sus padres y sus dos hermanas salieron huyendo de Málaga por la Carretera de la Muerte.

P regunta: María cuéntanos lo que para ti que hiciste la Carretera con tu familia te parece más significativo resaltar para que todo el mundo se entere

R espuesta: “Para mí también fue lo mismo que dice Ana, yo tenía cinco años y cumplí los seis por ahí, no me acuerdo cuando los cumplí, pero esa noche fue horrorosa la gente toda, íbamos en familia y nos perdimos todos, nos perdimos y nos fuimos todos por un lado y por otro. Así que mi padre se fue con mi hermana y conmigo y mi madre se tuvo que ir para otro lado. Nos perdimos toda la familia, toda la familia. Íbamos una pila de gente, estaba mi tía que llevaba cinco hijos y a todos los perdimos. A uno de los niños lo vimos en un camión y cuando nos vio por la Carretera se tiró del camión y se partió una pierna. Me acuerdo yo que un tío mío cogió la pierna con una caña de cañadú con su correa y el niño, el angelito, llorando, llorando, pero fue también lo que dice Ana, horroroso.

Yo creo que yo paseaba por entre la gente muerta y buscando por donde íbamos a meternos para que no nos cayera, pero se veían los fogonazos de los barcos, los aviones, se escuchaban los aviones, los bombazos y yo con cinco o seis años, no me acuerdo muy bien y fue horroroso. Es que no puedo contar más cosas. Una vez ya que llegamos hasta Almería y ya no sé yo más cosas porque era chica, mucho miedo. La verdad es que no podíamos hablar de nada, de nada. Así que a mi padre lo castigaron cuando volvimos, porque mi madre no sabía si estábamos vivos o muertos. A mi madre y los demás los mandaron para Málaga y hasta después de 3 años no nos enteramos de que mi madre vivía con otra hermana mía y mi abuelo que se lo encontró por la Carretera.

Así que eso fue, yo eso es que no me lo puedo ni creer lo que pasó, pero claro era una niña. Yo me acuerdo de que salimos de noche porque yo llevaba algo como si fuese una toalla o algo así, porque mi tío decía “que nos matan, que nos matan” y salimos corriendo. Después vinieron cosas peores también. Fue horroroso de verdad”.

 

Tenemos también el testimonio de MARÍA JOSÉ BARREIRO que nos va a hablar por su madre que falleció este mes de abril y que huyó por la Carretera Málaga-Almería

 

“Mi madre hizo la Carretera con 13 años y murió este mes de abril con 98 y medio y era incapaz de contarlo.

En varias ocasiones intentamos un primo y yo pedirle el testimonio y le fuimos sonsacando un poco la historia de ella y de su familia que son malagueños, nacidos en Málaga, pero vivían en Antequera y su éxodo empieza en Antequera cuando ocupan la ciudad.

Su madre le dice: “movilizar a tu padre, nos tenemos que ir a Málaga”, pero realmente yo cuando entré en la Memoria en el año 2007 me enteré de que mi abuelo que ya tenían 50 años había sido voluntario en el Batallón Pablo Iglesias de milicianos de Málaga, era sanitario y cuando llegaron a Málaga ellos se dirigieron a ayudar al Hospital de Sangre de Málaga que ahora es un gran hotel de lujo. Era el antiguo hotel Miramar y allí mi abuela y mi tía que tenía 16 años la hermana mayor, estuvieron de enfermeras. Mi abuelo primero estuvo de sanitario y

después se fue con las Milicias. Como para la niña, que era mi madre que tenía 13 años, no era un ambiente el hospital, la ingresó en la Colonia Escolar de la UGT de la Enseñanza

y de allí el día 7 de febrero la Colonia escolar evacúa a los niños y mi madre se va sin familia con la colonia escolar, que eran sitios muy protegidos las colonias escolares de la República, pero claro, se va sin familia, se va bajo los bombardeos.

Y en los años 60 cuando éramos pequeños en casa la oíamos hablar, porque yo creo que no se lo contaba a nadie, yo creo que mi madre lo hablaba sola, y decía “a mí me destruyeron mi vida, yo sufrí bombardeos” y nosotros pensábamos en películas de la tele, no teníamos conciencia de nada, hasta que entré en la Memoria en el año 2007 y vi todo lo que significaba la Carretera de la Muerte y os recordé lo que ella contaba y me di cuenta por qué mi madre de pequeña yo la veía que era una señora muy extraña, era una mujer distinta al resto de madres, mi madre era diferente. Y entonces lo fui comprendiendo todo.

La Carretera de Almería la hizo también mi tía de 16 años con el Hospital de Sangre y llegaron a Valencia. La colonia escolar de mi madre también llegó de Almería a Valencia. En Almería fueron bombardeados otra vez y en Valencia también.

Estuvo en dos colonias escolares en Valencia que las ha estudiado una historiadora valenciana Cristina Escrivá y yo le di el relato de las colonias de Málaga.

De las investigaciones de mi primo sabemos que mi abuela y mi abuelo viajaban juntos y se quedaron en Motril, en el frente de Motril y desde allí tuvieron que volver a Málaga. Mi abuelo fue fusilado. El sumario no parece.

Y quería mencionar una pequeña cosa curiosa que la gente no suele saber: yo tengo un marino de Ferrol, del Arsenal militar de Ferrol fusilado que pertenecía al Crucero Cervera y fusilaron a toda la tripulación original del Cervera en el Arsenal militar de Ferrol y entre ellos estaba mi tío gallego y que sepáis que en el Cervera no iba la tripulación original. La tripulación original del Cervera y del España se resistieron en Ferrol y dieron la vida por ellos, fueron fusilados todos ellos, están los sumarios en el archivo militar de Ferrol. Mi tío político también hizo la Carretera de Almería”.

 

Pasamos a conocer a ANNIE GONZÁLEZ DE HARO, ella nació ya en Francia, pero es hija de una familia de 15 personas que salieron de Málaga caminando hasta Almería, de Almería fueron a Cerdanyola un pueblo de la provincia de Barcelona y de ahí a Francia. Annie mañana te vamos a poder escuchar ampliamente porque vas a intervenir en una de las mesas de la mañana, pero

 

yo quería hacerte una pregunta que es muy interesante, que no es tanto concentrarnos en lo que pasó en la Carretera o después.

Pregunta: ¿Qué piensas tú de toda esta corriente, tampoco es tan grande, pero es, negacionista  de los hechos de la carretera Málaga Almería?

Respuesta: “Es verdad, 15 personas de mi familia tuvieron que huir de Málaga por ser familia republicana, familia roja.

Mi hermana que tenía 12 años cuando hizo la Desbandá me ha contado muchísimas veces y hoy día tiene 98 años. Cuando hablamos siempre me habla de la Carretera Málaga-Almería.

Yo he nacido en Francia y mi objetivo desde el año 2000 es hacer conocer la Guerra de España y sobre todo la Carretera Málaga-Almería.

En Francia he dado charlas en institutos, conferencias, hablando a mi parecer, no sé si tengo que hablar, de genocidio.

Y el objetivo que tengo porque el tiempo se me está pasando, bueno que me falta poco tiempo, es que tengo que hablar de eso, de esa Carretera, dando un testimonio.

Porque a mi parecer un testimonio mínimo oral tiene un valor histórico.

Y vemos que sobre la Carretera Málaga-Almería no hay un testimonio, no hay dos testimonios, hay miles de testimonios. Así que científicamente es algo que se puede reconocer y para mí no es bastante conocido y reconocido.

Así que yo con toda mi fuerza, con mi energía, quiero decir: la Carretera de la Muerte ha existido, ha pasado lo que ellos dicen, pero no se puede negar lo que ha pasado porque los que han vivido este genocidio no se puede olvidar. Así que mi fuerza es para dar únicamente un testimonio Y que todos los testimonios se unan para que no se pueda negar lo que pasó en la carretera Málaga-Almería”.

 

Es fantástico encontrar a estas mujeres con esta fuerza que nos da a todas las demás. Muchas gracias.

 

ANASTASIA TSACKOS MORATALLA es hija de una mujer de Albacete y de un brigadista internacional de origen griego que llegó con las Brigadas Internacionales, con la Brigada Lincoln porque vino desde Estados Unidos. Se incorpora a las brigadas en el 36 y conoce a su madre. Su familia se opone a esa pareja, a ese matrimonio y huyen a Francia cuando salen las Brigadas en el 38, su madre ya iba embarazada de Anastasia.

En Francia sus padres son separados y llevados a distintos campos de concentración.

Anastasia nació en un campo de concentración, en Normandía exactamente en el de Bayeux y regresan para recoger los papeles una vez terminada la Segunda Guerra Mundial y poder seguir a Estados Unidos, pero regresan a Albacete su madre y ella, pero él no porque seguramente le detendrían, entonces Franco cierra las fronteras, el padre no puede pasar de ninguna manera y desde entonces Anastasia no ha vuelto a verlo. Es una historia muy dura y Anastasia te agradecemos mucho que estés aquí.

 

Pregunta: ¿Cómo fue tu infancia y adolescencia en Albacete con tus abuelos, porque tu madre

murió cuando tú eras muy pequeña, sin tu padre. ¿Cómo recuerdas esa infancia en esa

España gris, triste y dura especialmente para ti con tus abuelos en ese ambiente?

Respuesta: “Buenas tardes, todavía se me hace un nudo en la garganta y en el corazón cuando tengo que hablar de esto. Como ha dicho María José mis padres se casan en contra de la familia

 

de mi madre, de tal manera que eran seis hermanos y mi abuelo dijo “quien salga de aquí para acompañar a su hermana el día que se casen que no vuelva, porque la puerta estará cerrada”. Nadie se atrevió, sabéis cómo se vivía en aquellos tiempos. Mis padres tienen que salir huyendo como tantas personas en unas condiciones infrahumanas o sea en trenes para conducción de ganado, sin respiración, mi madre embarazada y además con una cardiopatía, cruzaron la frontera y llevaron a mis padres a diferentes sitios, los llevaron al norte, a Normandía y allí en agosto de 1939 nací yo.

Al cabo de un tiempo yo tengo una foto, la única foto que tengo con mi padre, que yo tenía un mes o dos meses no sé, es la única que tengo a mi padre mi madre y yo.

En Normandía llegó un momento que mi padre dice: (él había venido de Estados Unidos y debía de tener su trabajo allí),” vámonos a los Estados Unidos” de nuevo, que era cuando empezaba o se perfilaba que empezaría la Segunda Guerra Mundial. Como habían salido huyendo de Albacete se fueron sin ningún tipo de documentación.

Entonces mi padre dijo a mi madre “pues vas tú con la niña” porque él no podía volver a España para recoger la documentación,” así la conocen sus abuelos y nos volvemos a reunir”.

Cuando llega mi madre conmigo a Albacete cierran las fronteras. Entonces ya no se pudieron volver a ver. Mi padre estuvo durante bastante tiempo en Portugal intentando cruzar a España, pero no pudo.

Yo tengo muchísima correspondencia, muchísima documentación y hay un caso curioso: mi padre durante un tiempo en Portugal vivió en Lisboa en casa de una familia y esta familia eran jóvenes, era un matrimonio joven que tuvieron una hija y le pusieron como nombre Anastasia. Quiero decir que esa era una prueba de que mi padre era una persona apreciada, una persona querida y que de alguna manera querían, poniéndole mi nombre a su hija, que él notara que tenía algo cercano a él.

Transcurren los años, yo tengo cosas muy complicadas porque por una parte me he sentido muy agradecida a la familia de mi madre porque me criaron, me educaron. Mi madre murió

cuando yo tenía cinco años con lo cual yo dependía totalmente de mis abuelos y de mis tíos, me dieron todo lo mejor que podían.

Yo tengo recuerdos muy malos, en aquella época estar en un colegio de monjas era la mejor educación que te podían dar, y todas las niñas de mi entorno iban a un colegio de monjas. Pues bueno mis tías fueron, preguntaron y dijeron que se necesitaba un uniforme de invierno, un uniforme de verano, bueno la parafernalia. Pues resulta que el día que empezaba el colegio mi tía conmigo de la mano, yo tenía siete años, sale la hermana portera y dice “la niña lo puede entrar en el colegio” y mi tía pregunta y dice “¿por qué, ¿cómo que no puede entrar? hemos venido, está anotada (entonces no había matrícula, simplemente te inscribían), está inscrita. “Ah no, es que nos hemos enterado de que su padre era brigadista, su padre era rojo, por lo tanto, no puede entrar”. Y yo recuerdo ver a mi tía llorando, pero llorando y yo no sabía qué pasaba. Pero bueno he sido durante toda mi infancia la hija del rojo.

Luego cuando termino bachiller y me voy a matricular en la Escuela de Magisterio me dicen que no me pueden matricular porque no tengo nacionalidad, porque soy apátrida y yo hasta que no me casé con 20 y algún año no fui española.

Muchas veces yo me pregunto cuando la gente me pregunta ¿por qué no buscaste a tu padre? Pero cualquiera de mi edad que esté aquí y que sea español sabe la problemática que teníamos las mujeres, sobre todo: no eras mayor hasta los 23 años de edad, yo no había trabajado nunca, yo no tenía medios, mi familia no me iba a ayudar porque no querían que yo fuese a buscar a mi

 

padre, porque ir a buscar a mi padre significaba separarme de ellos y eso no lo podían consentir, habían perdido a su hija, no querían perder a su nieta. O sea, es una historia que yo me emociono y no lo puedo evitar.

Y quiero decir una cosa, el otro día me comentaban que Unidas Podemos en Albacete reivindicaba, porque sabéis que allí fue donde se concentraron las Brigadas Internacionales, que Albacete sea declarada como ciudad de las Brigadas Internacionales y yo haré todo lo que pueda, mientras pueda, porque sea así, porque para mí fueron muchísimas personas que su vida, muchísimos, y que dejaron mucha huella en España. Eso lo reivindicaré durante toda mi vida.

 

Nos acompaña también AMPARO SÁNCHEZ MONROY de la que hemos escuchado a quienes hemos estado en esta sala, una magnífica intervención, explicando todo lo que ha sido su vida en los campos de concentración y en las cárceles de Francia.

 

“Como he dicho antes haber empezado mi vida encerrada entre alambradas de púa es algo que te persigue toda la vida, no solo porque te corta brutalmente de tus raíces sino porque también rompe los mecanismos sociales que unen a las generaciones. Y te deja de repente sin Referentes, entonces tarde o temprano surge el problema de la identidad: ¿quién soy yo española o francesa?

Teniendo en cuenta que hemos vivido un exilio de casi 30 años, larguísimo, ese problema de identidad es un problema crucial ¿quién soy yo, española o francesa? ¿española en España, francesa en Francia o extranjera en un sitio y en el otro? y no quiero monopolizar la palabra, pero considero que ese tema podría ser objeto de una futura conferencia”.

 

 

Por último, va a intervenir CARMEN NEGRÍN FETTER a quien ya habéis conocido ayer. Ella en este momento es la presidenta de honor de la Fundación Juan Negrín que como sabéis está en Las Palmas de Gran Canaria. Carmen ha vivido en muchos países y por distintas razones también por razones laborales ha trabajado muchos años en la UNESCO y es por ahí Carmen donde yo te voy a formular la pregunta.

Pregunta:   Para ti con los valores que te inculcó tu abuelo con el que  has vivido y convivido

muchos años, has tenido esa suerte, ¿Cuál es para ti la importancia de la educación en la

recuperación en este momento de la memoria democrática?

Respuesta: “Un poco complicado, una de las obsesiones, no obsesiones, pasiones de mi abuelo era la educación y de hecho él cuando empezó a trabajar enseñaba, antes de volver a España cuando estaba en Alemania estudiando empezó la Primera Guerra Mundial y él iba reemplazando a los profesores que se iban al frente, luego llega a España y sigue en la educación y digamos, lo que nos ha transmitido a mi hermano y a mí, es que efectivamente si uno quiere hacer algo en la vida hay que pasar por la educación.

En el caso específico de la Memoria Histórica creo que es un poco lo mismo: un país es un poco como una persona, si no tiene memoria es como una persona que tiene Alzheimer y no se puede vivir plenamente de esa forma. Yo creo que un país tiene que vivir con su memoria, tiene que enfrentar los problemas que implica. El caso alemán es un ejemplo, donde bueno, han pasado barbaridades obviamente, que se parecen un poco a las de España y más o menos han logrado superarlo, ahora con ciertos renacimientos indeseables, pero sin haber dado ese paso no estaría Alemania como está hoy en día.

 

Y yo creo que España tiene que hacer lo mismo y esto es algo que mi abuelo, sin decirlo tan explícitamente, me lo inculcó y ha sido uno de mis objetivos. Ya cuando él murió yo tenía sólo nueve años y medio, pero viví después hasta finales de los 80 con su compañera y la Guerra de España era algo cotidiano, era algo de lo cual siempre se hablaba, no necesariamente con rencor, pero tratando de hacerlo de una forma más o menos lo que se puede llamar objetiva o por lo menos tratando de entender por qué, cómo, qué se puede hacer después, porque él, su objetivo era, aunque bueno era hacer lo mejor que se podía para los españoles mientras estaba en la presidencia del gobierno, pero también después por ejemplo su intervención con el Plan Marshall etcétera. Yo misma siendo americana oía muchas críticas a los americanos y él me explicaba que bueno que había americanos buenos como los Brigadistas americanos, y había otros, o los cuáqueros, por ejemplo, que ayudaron mucho, etcétera. Entonces él siempre hacía no una respuesta sencilla de blanco y negro sino una explicación mucho más compleja para justamente poder tratar de analizar, de desarrollar el espíritu crítico y por ahí mismo la independencia, la independencia y la libertad, la curiosidad de cada uno”.

 

Antes de terminar, quiero leer aquí la relación de supervivientes que viven todavía, supervivientes de la Carretera la Muerte pero que no han podido venir por distintos motivos, muchos de ellos por motivos de salud:

 

Carmen Briceño Castillero residente en Saint Christol-lès-Alès (Francia)

Salvador Rosado, residente en Cuevas del Becerro (Málaga)

Inés Romero Segura, residente en Campillos (Málaga)

Fermín, Liberto y Pasión León residentes entre Jimena de la Frontera y Algeciras (Cádiz) Carmen Tejero residente en Mataró (Barcelona)

Luisa Vecino residente en Almería

Maruja Torres Carrasco residente en Ronda (Málaga) Antonio García residente en El Salar (Granada) Isabel Rus residente en Málaga

 

Un aplauso para todas y todos